lunes, 14 de noviembre de 2011

Capitulos 2,3 y 4 del juez Cartama, escrito por Enrique Medina

                                                CAPITULO 2
             El teléfono distrae a Valenzuela de sus conjeturas.
             -Dime Aguirre.
             -Es un compañero, Ignacio Flores.
             -¿Flores?, ¿ de la comisaria de Entrepinos?.
             -¿Le conoces?.
             -Bastante bien. Está claro la amputación de la nariz. Se libró de milagro de una acusación de narcotráfico. Los dos principales testigos desaparecieron.
        
                -¿El caso Basterreche?.
               -El mismo. Pero tiene que haber algún nexo con los dos anteriores.
                -Quizás participó en la investigación.
                -Lo comprobaré. Necesito que vengas lo antes posible.
              Valenzuela quiere confirmar si Flores intervino en el caso de la chica asesinada, y para su decepción comprueba que no tuvo nada que ver.
              Esto se complica. No participó, pero tiene que tener alguna relación con el juez o algún caso similar.
              Vuelve a enfrascarse en los informes, porque recuerda que el presunto violador tenía varías detenciones por narcotráfico, y se le vinculaba con el cartel de Centoiro.
             Tras introducir datos de Flores, confirma lo que intuía. El cartel de Centoiro y Flores. Juntos de la mano, aunque ante el juez no se pudo probar nada.
              Tengo que centrarme en este caso, no podemos permitirnos que el 4 del 4 haya otro crimen. Hay que mirar con lupa todos los detalles, no podemos pasar nada por alto, hay que averiguar, si hay más personas en peligro.
              Cuando Aguirre regresa al despacho del comisario, Valenzuela le pone al corriente de sus averiguaciones. El inspector no oculta su preocupación.
                 -¿Piensas que todo está relacionado con el juicio?.
                -De momento no contemplo otra posibilidad. Lo primero es hablar con el juez Cartama. En cuanto a Flores, no tengo ninguna duda. No participó directamente en la investigación, pero estuvo implicado. Tenemos que averiguar hasta que punto, y si tuvo algo que ver con la desaparición de los testigos.
                    -Parece que no tenías en mucha estima a Flores.
                 -Hace tiempo que le conozco, pero creo que debemos centrarnos en el juez Cartama. Creo que el ovillo empieza en él.


                                               CAPITULO 3
                    -Usted dirá comisario
                    -No quiero molestarle mucho. Quisiera hacerle unas preguntas sobre el juez Del Barrio.
                    Cartama, con un gesto le invita a continuar.
                   -Fueron compañeros de universidad, de promoción y coincidieron en Alicante.
                   -Es cierto.
                   -¿Eran amigos?.
                   -Compañeros, nada más.
                   -Entonces, ¿no llegaron a ser amigos?.
                   -Ya le he dicho que no. ¿Puede explicarme porqué me hace estas preguntas?.
                   -Esperaba más colaboración por su parte.
                   -¿Colaboración?. ¿En que quiere que colabore?.
                  -Simplemente diciendo la verdad. Discúlpeme, pero no me creo que el fallecido juez Del Barrio y usted fueran simplemente compañeros.
                  -¿Está diciendo que miento?.
                  -No me atrevo a tanto. Solo pienso que no me está contando la verdad.
                  El juez se recuesta en el sofá, se mesa los cabellos, mira fijamente al comisario, y tras un  breve pero tenso momento de silencio, recobra la palabra.
                 -Necesito saber que pasa.
           Valenzuela continua con el duelo psicológico y tras un prolongado silencio, toma la iniciativa.
                 -No es necesario que le recuerde que el juez Del Barrio ha muerto asesinado, al igual que otras dos personas.
                   Cartama interrumpe al comisario.
     
                     ¿Dos?.
                    -Si señoría. Está mañana han asesinado a un compañero mío, y puedo asegurarle que el asesino está detrás de lo sucedido al juez  Del Barrio y al presunto violador que usted absolvió.
                    -Y usted piensa que están relacionados.
                    -No lo pienso, estoy seguro. Por eso he venido.
                   -Su compañero, ¿participó en la investigación?.
                   -En los informes no consta que lo hiciera, pero de una manera u otra lo hizo.
                   - ¿Duda  de él?. ¿Quien era?.
                   -No suelo sospechar de mis compañeros. Su nombre era Ignacio Flores.
                   -Le conozco de otras investigaciones, pero en esta no participó.
                   -Perdone que le insista, pero debo saber cual era su relación con Del Barrio.
                   -Está bien, pero lo que le voy a contar es estrictamente confidencial. No puede salir de esta habitación.
                   Valenzuela medita un instante.
                   -No puedo hacerlo. Intentaré conservar al máximo la confidencialidad. Puedo asegurarle que si no es necesario, esta conversación jamás saldrá de aquí, pero no comprometer mi palabra.
                -Si tengo que negar esta conversación, la negaré. Espero que no tenga la tentación de grabarla.. Se realizaría sin mi permiso, no tendría ninguna validez, y entablaría acciones legales contra usted.
                     -No es mi estilo grabar a traición una conversación.
                -Como usted ha dicho nos hicimos muy amigos en la facultad.  De vez en cuando salíamos por la noche a tomar una copa, y conocimos a dos chicas con las que comenzamos a tontear. Nos hicimos inseparables, salíamos los cuatro a cenar, a tomar una copa, de vacaciones. Fué una época muy bonita. Al aprobar Judicatura, me destinaron a Alicante, y María y yo decidimos casarnos. Alfonso fué destinado a Barcelona, y marchó solo porque Julia tenía pendientes dos


asignaturas de medicina. La distancia erosionó la relación y Julia decidió cortar. Alfonso no pudo soportarlo y comenzó a caer en una rutina peligrosa. Bebía en exceso, coqueteaba con la cocaína y comenzó a salir con chicas relacionadas con el mundo de la prostitución. Alguien se enteró y se lo comunicó al decano, que estuvo a punto de abrirle un expediente disciplinario
                 Aunque no este bien decirlo, mi intervención le salvó. Me llamó destrozado, contándome todo, y al día siguiente me comuniqué con  el decano y pactamos que le trasladarían a Alicante, donde había una vacante, y durante un tiempo me encargaría de intentar reconducir la situación. Por fortuna, Alfonso reaccionó muy bien, se recuperó, y ha sido un gran juez, bastante mejor que yo.
              En Alicante conoció a Vanesa, se casaron y volvió a Madrid antes que nosotros. Nos veíamos poco, algún fin de semana, en Madrid o Alicante, algunos días de vacaciones, pero seguimos siendo grandes amigos. Pero usted sabe, que la vida a veces nos da golpes inesperados y Alfonso se llevó dos seguidos muy fuertes, tremendos.  En su juzgado entró un caso de muerte por negligencia médica, y si, la acusada era Julia..............No quería inhibirse pensando que ella le recusaría, y la doctora no lo hizo pensando que él se inhibiría. Tuvo que hacerse cargo del caso y finalmente dictó sentencia condenatoria.
                    A los tres meses del juicio, Alfonso estaba de guardia, y entró un caso de presunta violación. En principio un caso más, pero no lo era. La mujer que presentó la denuncia era la pareja sentimental de Julia. No pudo rechazar el caso, porque era muy difícil demostrar la relación entre las dos mujeres.
                       Todo era muy confuso, muy extraño, con una acusación bastante débil e infundada, y absolvió al acusado porqué no había nada en su contra, solo el testimonio de la mujer, una declaración llena de contradicciones, sin ninguna prueba física, nada. Estoy convencido que fué premeditado.
                     Soy juez, no puedo ni quiero hacer elucubraciones, pero si me permite un consejo, creo que debería investigar a Julia.

                -¿Piensa que puede estar implicada?.
            -No lo sé, pero si puedo decirle que no es la Julia que yo conocí. Es una persona muy desequilibrada.
                 -Estoy convencido que los tres crímenes están relacionados, y no me parece probable que esa mujer pueda estar detrás.
               -Usted sabe que nunca puede descartarse ninguna vía de investigación hasta que no se cierra.
                  -Y por supuesto, no la cerraré, pero no entiendo que tiene que ver el primer muerto. Le juzgó usted, no Del Barrio.
                   Perdone señoría, una última pregunta. ¿Conocía Del Barrio a Flores?.
                  -Creo que no, pero no puedo asegurarlo.
                   -Muchas gracias. Le agradezco su sinceridad.
                   -¿Me mantendrá informado?.
                  -Le trasladaré lo que pueda. Usted sabe.......
                 -Lo entiendo, me hago cargo.

                                           CAPITULO 4
                  El comisario, mientras conduce, intenta ordenar toda la información proporcionada por el juez. No le parece verosímil que Julia esté detrás de los asesinatos, pero las amputaciones, al menos las dos primeras, porque la tercera aún no la ha visto, están hechas por alguien que tiene nociones quirúrgicas. Quizás están intentando distraer nuestra atención, encaminándonos hacia ella.
Es posible que el primer crimen lo ejecutara un vengador, alguien relacionado con la mujer asesinada, y otra persona esté aprovechando para quitar de la circulación a dos personas incomodas para su bienestar. De ser así es muy probable que el 4 del 4 no tengamos víctima.
                 El comisario ve la hora en el salpicadero del coche. Es tarde para regresar a la comisaría,

pero no quiere perder tiempo por lo que decide llamar al inspector Aguirre.
                 -¿Qué tal, Aguirre?, ¿tenemos algo nuevo?.
                 -Muy poco comisario.
                 -¿Has visto las fotos de Flores?.  
                 -Son tremendas                                                                                                
                  -Necesito que las envíes a mi correo. Mañana quiero hacer una gestión a primera hora.                      
                   -Son muy duras.
                   -Lo supongo. También necesito que localices a Julia Arellano. En cuanto llegue a casa te envío los datos. No, mejor te los doy ahora, cenaré fuera.
                    El comisario hace otra llamada.
                    -Hola Lupe.
                     -Hola Andrés.
                 -¿Mañana estás en el hospital a primera hora?    
                  -A primera y a última, tengo guardia de 24 horas. ¿Estás bien?.                                                            
                   -Si, no te preocupes. Necesito tu docta opinión.
                   -Con una condición
                    -La que tu quieras.
                 -Como mañana estaré todo el día viendo desgracias, me vendría muy bien que un hombre apuesto, y con el que se va muy segura por la calle,me recogiera en casa y me llevara a un sitio agradable.
                 -Perfecto. Estoy cerca de tu casa. ¿En media hora?.
                -Muy bien.
               Valenzuela, con su habitual galantería, recoge a Lupe en el portal de su casa, abre la puerta del coche y cuando la doctora se acomoda, la cierra con suavidad.
                 -¿Tienes alguna idea?
                   -Hoy dejo que el hombre decida.
                   -¿Tapas o mantel?.
                     -Me dejo llevar.
                  Entran en un reservado del Figón de Eulogio, y tras un rato de conversación baladí, Lupe introduce un punto de seriedad.
                    -Andrés, te noto preocupado, y solo puede ser por dos motivos: Me vas a pedir que me case contigo, o el trabajo. De lo segundo sé que no quieres hablar, y de lo primero menos aún. Hoy me vas a contar que te pasa.
                         -Lupe, me conoces, sabes que no quiero aburrirte con el trabajo.
                        -Entonces, ¿me vas a pedir en matrimonio?.
                        Valenzuela sonríe.
                        -Ya me gustaría.
                        -¿Y porqué no lo haces?.
                       -Porque vas a decir que no. Que tu intimidad, tu espacio, bla, bla.
                      -Andrés, llevo unas semanas dando vueltas a nuestra situación. Nuestra relación es un cóctel entre amigos, pareja, amantes. Un batiburrillo que cada vez se enreda más. Creo que debemos decidir que somos.
                      El comisario sonríe.
                    -Tienes razón. No sé que somos, pero si lo quiero que seamos. Quiero compartir mi vida contigo, y si tu quieres, cuando acabe el caso que tengo en este momento........
                     -Anda, no pongas fecha. Ya la decidiremos.
                  

sábado, 12 de noviembre de 2011

EL JUEZ CARTAMA

Novela negra, en la que se mezcla la intriga y los sentimientos personales del protagonista. Obra realizada, por Enrique Medina Fernandez.                                                                                                             


                                               CAPITULO 1

         -Es el tercer asesinato similar en los tres meses que llevamos de año.
         -¿Estás seguro?.
         -Tengo que examinar este último más profundamente, pero estoy por apostar que es obra de la misma persona.
         -¿Tiene alguna amputación?.
         -Por desgracia, …......... ¡la nariz¡.
         -¿Le ha cortado la nariz?.
         -Es horrible.
         -¿Sabemos ya quién es?.
         -Aún no. Al igual que los dos anteriores está indocumentado, sin teléfono móvil y sin ningún objeto personal.
          -Centrate en su identidad. Si es el mismo, me temo que es alguien relacionado con las drogas o algún membrillo.
           Tras marcharse el inspector Aguirre, el comisario Valenzuela saca del cajón una carpeta y comienza a repasar los informes de los dos casos anteriores. Los crímenes comienzan a tener demasiados puntos en común. Hay aun aspecto que le azora aún más:
             El primer crimen se realiza el día 1 del 1
             El segundo el día 2 del 2
             Hoy estamos a 3 del 3.
             De seguir la pauta, el próximo sería el 4 del 4 y así sucesivamente hasta el 12 del 12.
             El primer fallecido  fué una persona acusada de violación y asesinato, absuelto, por que el juez no consideró concluyentes las pruebas presentadas. Le amputaron el pene.
            El segundo fué un juez que dejó en libertad a otro violador. Tenía amputada la mano

izquierda. No entendimos porque, hasta que supimos que era zurdo. Le cortó la mano con la que firmó la absolución.
No relacioné los dos casos, pese a las amputaciones, porque no era el juez que dejó en libertad al primer muerto, pero empiezo a sospechar que por alguna causa no pudo llegar a él y buscó un caso similar.
            Valenzuela, anota en su libreta: Hablar con el juez Cartama.
            Vuelve a escudriñar los papeles de la carpeta, y se fija en un detalle que  extrañamente se le  había pasado: Los dos jueces estudiaron juntos en la Universidad, aprobaron Judicatura en la misma promoción, y durante tres años años coincidieron en Alicante.
             ¡Tienen que ser amigos¡, y puede que defiendan los mismos postulados.
           ¡No puede ser¡. Si estoy en lo cierto ha matado al juez Del Barrio para hundir a Cartama, para hacerle responsable de su muerte, para que padezca su ausencia como los padres, la hermana y el novio de la chica muerta.
             Es posible que el asesino no sepa que dejó en libertad a otro presunto violador. Creo que le ha matado para vengarse de Cartama.
              Hay que investigar en el entorno de la chica.
  reacciones humanas del protagonista.

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